Si esto es cierto, seguro la gran mayoría de las mujeres querrán como próximo novio a un hombre calvo, sino puede que alguien se esté preguntando por qué anda con un hombre calvo. Bueno, si bien, este artículo no pretende decirle a nadie con qué tipo de hombre andar, si busca tocar una cuestión interesante. Se trata de esclarecer la relación tan importante que habita entre la testosterona y la alopecia androgénica (o calvicie común).
Los que tienen esta idea parten en cierta medida de un grado de conocimiento del tema, aunado con la lógica personal. Ya que se puede “deducir” fácilmente que un hombre con altos índices de testosterona es más propenso a la calvicie, si en el caso de la calvicie androgénica uno de sus causantes es la sensibilidad al andrógeno conocido como Dihidrotestosterona (DHT) que proviene de la testosterona. De modo que no resulta tan extraño el que muchas personas en verdad no lo hayamos cuestionado o incluso creído. No obstante hay que ser perspicaces, la ciencia ha revelado que la calvicie se asocia con la testosterona de una forma muy particular e incluso confusa.
No. En lo absoluto. Aunque esto puede que sea muy triste para los hombres calvos que se creyeron más potentes. O, si te encuentras desprovisto de cabello y le declaraste la guerra a la testosterona, la buena noticia es que ya puedes dejar de odiarla. Si tienes altos índices de testosterona, no significa que tengas que ser calvo o que debas perder cabello, nada de eso.
El mecanismo comprobado que une a la testosterona y a la alopecia androgénica hace que la testosterona sea solo materia prima, pero que la verdadera causante sea la enzima 5-α-reductasa. Esta es la responsable de convertir la testosterona en dihidrotestosterona, misma que reduce los folículos pilosos y genera a su vez que las membranas del cuero cabelludo se tornen rígidas. Al debilitar el folículo, y reducir su tamaño, es consecuente el que los cabellos reciban menor irrigación sanguínea y el cabello pierde fortaleza. Por si fuera poco, se recorta la fase de crecimiento del cabello (anágena).
Es importante señalar que no toda la testosterona se vuelve dihidrotestosterona, aproximadamente sólo el cinco por ciento, pero cuando hay una anomalía en el organismo en tanto a la sensibilidad a este andrógeno se generan los problemas de calvicie. El resultado parcial es un adelgazamiento del grosor de los cabellos nuevos en comparación con los anteriores, así como debilidad del cabello y propensión a su caída. El resultado final es el daño severo a los folículos ya que quedan atrofiados, y en las áreas donde el cabello crecía débilmente, ya no crece nuevo al terminar su ciclo de vida.
Gracias a la ciencia, ha quedado claro que la testosterona no genera calvicie. Se comprobó con abundantes estudios realizados a hombres que padecían alopecia androgénica, a los que se les encontraron niveles normales de testosterona. No son en sí ni la testosterona, ni la dihidrotestosterona las causantes, sino una sensibilidad mayor de los folículos ante este andrógeno.
Para contrarrestar la sensibilidad del organismo a la dihidrotestosterona, se busca inhibir tal enzima para que no produzca al andrógeno responsable de la alopecia androgénica. Un medicamento que se ha utilizado es el Finasteride, lo malo de este es que tiene efectos secundarios como disfunción eréctil, disminución de lo libido y de la eyaculación; por lo cual para la alopecia androgénica el Finasteride no es lo mejor recomendado, sin contar que a las mujeres en edad fértil les genera muchos problemas.
Lo que clínicamente se ha comprobado, que soluciona los problemas de alopecia, es el minoxidil. Actualmente los especialistas y quienes saben de cabello reconocen su prestigio y lo aceptan como la mejor opción. No se trata de un cosmético, el minoxidil es un agente activo que estimula la irrigación de los folículos pilosos para a su vez engrosar a los mismos, y sanar el cabello de los malos efectos generados por la alopecia, regenerando el cabello en sí.
Lo que sí es que contar con altos índices de testosterona, afecta a cuestiones que van más allá de la mera estética, como la voz ronca. Cuando los niveles de esta hormona son altos, se sintetiza en el organismo mayor cantidad de dihidrotestosterona, y esta, si se encuentra relacionada con el cáncer de próstata. Además se llega a producir una patología conocida como Policitemia en la que hay una producción masiva de glóbulos rojos, aumenta de manera grotesca la viscosidad de la sangre, generando a su vez, una propensión mucho mayor a la hipertensión y a los infartos al miocardio.
Sobre todas estas concepciones (a veces perturbadas) de la testosterona, para el caso de los hombres, es vital comprender que la testosterona, no te hará más feliz, o no hará tu vida más satisfactoria. Incluso, no te hará más macho, o atraerás a más mujeres. Hay, muchísimo factores más importantes. No seas uno de esos hombres traumados por si sus niveles de testosterona son “normales”, o por cómo aumentarlos. Hoy en día hay cosas más trascendentales, además como ya se mencionó, las consecuencias de tener un exceso de esta hormona no siempre son saludables.
