Muchas veces queremos mejorar el aspecto y el estado de nuestro cabello, pero no sabemos qué lo compone o cómo funciona. Al no estar informados, podemos caer en ardides publicitarios y en exageraciones mercadológicas; podemos ser arrastrados por la falta de escrúpulos de algunos fabricantes o comerciantes de cosméticos y productos para el cabello. Es importante conocer las características, generales y particulares, de nuestro cabello para poder tomar una buena decisión a la hora de buscar mejorar nuestra salud y nuestra belleza.
El cabello es un filamento de queratina duro y flexible, implantado de forma oblicua en el cuero cabello, en un en un espacio epidérmico con forma de pequeño saco alargado el cual es mejor conocido como folículo piloso. La queratina es el principal componente del cabello, se trata de una proteína fibrosa hidrofóbica y muy resistente que podemos encontrar en casi todo el cuerpo. La elasticidad y el hinchamiento del cabello son posibles gracias a las cadenas polipeptídicas de la queratina, unidas entre sí por los distintos tipos de enlaces. El cabello comprende:
Es un a invaginación epidérmica, un pequeño saco hundido en la dermis que aloja al cabello. El folículo piloso comprende un orificio folicular superficial, un infundíbulo, por donde se secreta sebo, una parte profunda constituida por dos vainas epiteliales, que alojan glándulas sebáceas, y un músculo piloerector que hace posible el enderezamiento del cabello.
Es la piel que recubre la parte superior de la cabeza y que contiene los folículos pilosos. Lo forma la epidermis, la dermis y la hipodermis. La epidermis está recubierta por una capa de sudor y sebo, de 5,6 de ph aproximadamente que contribuye a su lubricación y protección. La salud y la buena apariencia del cabello dependen en gran medida del estado del cuero cabelludo.
El crecimiento del cabello se da de forma intermitente, está sujeto como ciclo a la función de diversos factores como los genéticos, los hormonales, los sanguíneos y los hormonales. La edad, el sexo, y la estación del año influyen también en el ritmo de crecimiento del cabello. La media variable de crecimiento es de 1 a 1, 5 cm al mes y está sujeto a las fases anágenica o de crecimiento, catágenica o de involución y telogénica o de eliminación.
El color del cabello depende de los pigmentos ubicados en el tallo piloso. La melanina, la eumelanina y la feomelanina hacen posible las distintas coloraciones del cabello. En general, el cabello se va oscureciendo con la edad para luego volverse blancos en función de factores fisiológicos y genéticos. Brotan las canas debido a la ralentización y a la detención del metabolismo de la tirosina, que deja de realizar la melanogénesis.
El ciclo del cabello descrito en la pregunta anterior es un proceso natural al que estamos sujetos todos. La caída diaria de cabellos es normal siendo más elevada en las épocas de primavera y otoño. Los cabellos se renuevan a diario también. No debemos preocuparnos si se nos caen alrededor de cien cabellos al día, pero si se nos cae más de esta cantidad ya se puede decir que sufrimos de algún tipo de alopecia.
Es la caída excesiva del cabello. Es una afectación progresiva que puede provocar la desaparición parcial o total del cabello. Existen las alopecias de tipo cicatricional, que son irreversibles puesto que matan el folículo, y las de tipo difusas. Las alopecias difusas son aquellas que pueden t curarse o disminuir sus efectos, son reaccionales y pueden presentarse de manera aguda, de un día para otro, como la alopecia areata, o de manera crónica como la alopecia andrógenica. No hay una sola causa que genere la alopecia, es un conjunto de factores genéticos, emocionales y hormonales que la provoca.
Las técnicas más difundidas para conocer el estado del cuero cabelludo son el tricograma o el fototricograma. Estos permiten determinar la presencia y la gravedad de una alopecia, así como su etiología y a efectividad de los tratamientos generales y anti caída. También puede practicarse un diagnóstico capilar general, que debe realizarse de preferencia con cabellos que no se hayan lavado en 48 horas. Este diagnóstico incluirá una evaluación visual y táctil, así como un examen para conocer los antecedentes y hábitos de la persona en relación a su cabello.
