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¿Es mejor mantener el cabello corto o largo?

Existen muchos mitos acerca de las ventajas y desventajas que representa el tener el cabello ya sea corto o largo. Y no sólo la mujer se enfrenta a estos prejuicios, también el hombre: que si hay que desconfiar del hombre que trae el cabello largo, que si el cabello corto en la mujer representa la renuncia a la coquetería o que si es la prueba para saber si se es realmente bella, que si un corte representa el primer paso para cambiar nuestras vidas. Estos y otros mitos los escuchamos frecuentemente, y muchas vecen llegan a guiar nuestro proceder respecto a lo largo o corto que traemos el cabello.

Sobra decir que la respuesta a la pregunta dependerá del tipo de cabello que se tenga, de la concepción estética de cada persona, de las posibilidades económicas y de la voluntad de mantener o cambiar el estilo. Sin embargo, se pueden decir algunas generalidades, sobre todo respecto a la belleza, la dieta, el estilo y el clima en relación con la longitud del cabello. Por ejemplo si quieres ver como te queda un estilo corto hazlo antes del verano, que es la época en la que el cabello crece más “rápido”, así si no te termina gustando podrás recuperar parte de lo que cortaste. Si quieres dejártelo largo consume alimentos con vitamina A, E y B sobre todo en invierno, que es la época cuando menos crece el cabello. Más que decirte qué hacer, trataremos de desmitificar algunas concepciones, sobre todo las que se pretender afirmar como absolutas, tomando en cuenta lo difícil que es hablar objetivamente de estos temas.

Primer mito: Corta tu cabello para cambiar tu vida. Además de las habituales exigencias en las escuelas y en las empresas acerca de traer el cabello de cierta forma, en estos tiempo han proliferados los grupos de ayuda, los coaching ontológicos, o los cursos secularizados de mejora de la persona, en donde, además de hacerte reflexionar sobre tu vida, se te da orientación para mejorar o cambiar positivamente los hábitos que te mantienen “estancada o estancado”, claro no sin una módica cantidad de dinero. Una de las dinámicas que más se practican para estos cambios es la de cortarse el cabello, sobre todo con las mujeres. Con este acto, se pretende dar inicio a una revolución en la personalidad, a una nueva visión con la que dejamos atrás nuestros más profundos problemas y con la que fortalecemos nuestras virtudes. Lo que se pretende es que nos convenzamos de que cada cambio que hacemos, como traer el cabello corto “voluntariamente”, es para bien, y es lo mejor, porque vencemos la resistencia al cambio. Esto es muy cuestionable, lo que cambia con un corte de cabello es el estilo, no la vida, esa cambia aún cuando no nos cortemos el cabello y un corte de cabello no asegura un cambio positivo en el curso de la vida. Si quieres probar con un nuevo estilo corto hazlo, pero si a ti como mujer u hombre te gusta traer el cabello largo, no tienes porque cortártelo porque te dicen o porque te acusan de resistencia al cambio, de no cumplir las reglas que supuestamente son para el bien de la mayoría, reglas y consejos que en realidad esconden un trasfondo de obediencia que diluye la individualidad y la naturalidad.

Segundo mito. Si tienes la cara redonda, no cortes tu cabello. Esto es uno de los cánones que más se escuchan, que responde al mito de establecer el cabello corto en la mujer como prueba definitiva de belleza. Incluso hay un método que afirma que si al medir la intersección entre la barbilla y el pómulo, el ángulo de la quijada, se rebasan los 5.5 cm, es mejor no cortarse el cabello. Hay quienes disfrutan de los rostros redondos, independientemente de si traen el cabello corto o largo. Si tomáramos como parámetro de belleza la simetría, la redondez daría mayor cuenta de simetría que cualquier otra forma y el cabello corto le daría contraste a esa simetría, contraste que no necesariamente es para todos anti estético o señal de poca femineidad.

Tercer mito. El cabello corto refleja más salud y belleza que uno largo y sin “cuidar”. Este mito tiene que ver en parte con la aversión de muchas personas hacia algunos peinados rebeldes o hacia el uso de rastas. Se tiene a veces la noción de que la pulcritud y el pudor radican en un cabello corto, y luego se asocia la pulcritud con la salud y el pudor con la belleza. Un cabello largo refleja naturalidad que es también asociable con la salud y el tener un estilo despeinado o poco cuidado puede resultar también atractivo, sobre todo para las personas que les gusta lo asimétrico, que es más relacionable con lo natural que con lo pulcro y con lo calculado. Alguien con rastas no está enfermo o no es alguien feo, es alguien más conciliado con la naturaleza que con la simetría y la pulcritud. Si algo reflejan ambas concepciones es la practicidad, la cosa no es pelearlas con alguna visión estética que pretenda establecerse como la mejor.

Cuarto mito. Un hombre con cabello largo es de poca confianza. Este es uno de los supuestos de los que se basan sobre todo las empresas para no permitir trabajadores con cabello largo. No se necesita pensar mucho para darse cuenta que alguien con cabello corto puede mentir tanto o más que alguien con cabello largo. La longitud del cabello no es un parámetro fiable para hacer los juicios de confianza.

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