A medida que el ser humano desarrolló su inteligencia, sintió la necesidad de explicarse el por qué de las cosas que le sucedían. Entre esas cosas, aun en nuestros días, una de las principales cuestiones que busca responder es acerca de las enfermedades que sufre. Y entre la gran cantidad de padecimientos que se buscan explicar, hay uno que genera preguntas particulares: La pérdida del cabello. ¿Por qué se me cae el cabello? ¿Qué es la alopecia? ¿Cómo se genera y como se puede evitar? ¿Cuándo se identifica la alopecia androgénica?
Las preguntas anteriores eran un verdadero misterio antes de que la ciencia contribuyera, gracias a su estudio, a dar respuestas a las mismas. Sin embargo, no todo está resuelto, pues aún en nuestros días no se tiene la absoluta certeza sobre este tipo de cuestiones de la salud. Confiamos que con los avances de la química y de la ciencia en general algún día, la mujer y el hombre, podrán responder satisfactoriamente a estas preguntas.
Para comprender el desarrollo de los tratamientos para la calvicie, que encontramos en nuestros días, es necesario conocer primero lo que involucra la pérdida de cabello. La razón clave y primordial de este fenómeno no se conoce aún con absoluta certeza, pero se puede decir que la caída del cabello se debe a una mezcla de factores genéticos, inmunológicos y patológicos.
La alopecia surge entonces como una afección en la cual el folículo de cualquier parte del cuerpo se va debilitando o encogiendo, dando como resultado un cabello o un pelo cada vez más delgado y fino, hasta que deja de producirse. El folículo, en los casos de alopecia no cicatricial, permanece aún con vida, dando la posibilidad de reactivarlo o regenerarlo. Cuando se habla de alopecia cicatricial, se habla de la malformación o destrucción de los folículos pilosos, sustituidos por tejidos cicatricionales, que impiden la generación de nuevo cabello o pelo. Estos tipos de alopecia cicatricial son muy difíciles de combatir, pero existen tratamientos que ayudan a aminorar sus devastadores efectos.
Por otro lado, la gran mayoría de los casos de caída del cabello no cicatricial se integran en la llamada alopecia androgénica, que también es conocida como calvicie común o como alopecia androgénetica. Y son casos que tienen amplia posibilidad de revertirse, ya que el folículo se encuentra aún con vida.
La alopecia androgénica es pues, la pérdida de cabello principalmente por factores de herencia genética. Muchos doctores afirman que la calvicie es heredada por la vía materna, es decir, que es más común sufrir de esta afección si el abuelo materno fue calvo. Claro que esta afirmación no puede ser concluyente, pero lo que sí es más plausible decir es que el gen portador de la calvicie no tiene un patrón temporal claro: puede saltarse generaciones o sucederse sin interrupción. Por lo tanto, la observación de los familiares directos, aunque aporta información interesante, no es un elemento clave para determinar el riesgo genético de desarrollar la calvicie.
Existe una manera clara y científica de conocer la predisposición genética de cada persona a sufrir alopecia y a su respuesta determinada al tratamiento más adecuado (finasteride en los hombres y en el caso de las mujeres). Esta no es otra que el Test HX que, mediante un análisis del gen del receptor androgénico, detecta la predisposición genética a desarrollar la alopecia androgénica. De esta manera, puedes adoptarse el tratamiento adecuado para evitar la alopecia antes de que se empiece a desarrollar.
¿Qué tipos de tratamientos hay para la alopecia androgénica Y cuál es el más adecuado?
Existen muchas opciones que no necesariamente son excluyentes entre sí, pero antes de usar cualquiera de ellas hay que informarse adecuadamente. El minoxidil, por ejemplo, es un vasodilatador que ayuda a mejorar el fluir del torrente sanguíneo, es el tópico más recomendado para tratar este tipo de alopecia. La finasterida es un activo que se utilizaba para tratar problemas de la próstata, pero que ha demostrado también ayudar a combatir los problemas relacionados con la caída del cabello. Los anti andrógenos por vía oral son de mucha efectividad, sobre todo para los casos femeninos. Los tratamientos quirúrgicos han proliferado mucho, se pueden realizar transplantes, en los que se implantan cabellos procedentes de las zonas posteriores o laterales de la cabeza del mismo paciente, existen además otras técnicas variables según la extensión y localización de la alopecia. También están los productos con efecto placebo, entendidos como aquellas sustancias que, careciendo por sí misma de acción terapéutica, producen algún efecto curativo si el que lo recibe está convencido de que la sustancia posee realmente tal acción. El mercado se encuentra saturado de preparados a base de vitaminas y principios inmediatos que tienden a fortalecer el cabello.
De todos los anteriores, el único medicamento o fármaco aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos (Food and Drug Administration, FDA) de los Estados Unidos (sobre todo para tratar la calvicie de patrón femenino) es el minoxidil:
- Se aplica al cuero cabelludo.
- Para las mujeres, se recomienda una concentración al 2%, para los hombres puede utilizarse hasta al 5 %.
- El minoxidil puede ayudar al cabello a crecer en aproximadamente 1 de cada 10 personas, y en la mayoría puede retardar o parar la pérdida del cabello.
- Usted tiene que seguir empleando el medicamento con constancia y por largo tiempo. La pérdida del cabello comienza de nuevo cuando se deja de usar.
- Si el minoxidil no funciona, el médico puede recomendar otros medicamentos como espironolactona, alfatradiol, finasteride, ketoconazol, entre otros.