El uso de anticonceptivos se ha incrementado en las últimas décadas gracias al cambio de paradigmas en cuestiones de sexualidad. Diversos métodos y productos se han perfeccionado para evitar las consecuencias naturales pero indeseadas, sin sacrificar el goce o el placer. Dentro de esta “nueva” forma de vivir la sexualidad, la farmacéutica ha jugado un papel de suma importancia al desarrollar fórmulas y compuestos cada vez más eficaces para evitar la concepción.
La cosmética capilar se ha aprovechado de este desarrollo y ha creado toda una nueva tendencia: el utilizar pastillas anticonceptivas para el cuidado y el crecimiento del cabello. Ya sea que se tomen de manera directa o que se añadan a un shampoo o a algún tratamiento, el supuesto del que parten es que los anticonceptivos ayudarían a equilibrar los desórdenes hormonales que tendrían como una de sus consecuencias la caída excesiva del cabello. No hay estudios serios que respalden este supuesto, pero eso no ha impedido que se recomienden, sobre todo en redes sociales, o se utilicen con la esperanza de frenar la caída progresiva del cabello. Se puede llegar a pensar que los anticonceptivos actúan para evitar la caída del cabello con la misma eficacia con la que evitan los embarazos, y esto no es necesariamente cierto; basta con recordar que los anticonceptivos no son fabricados como tratamientos capilares para comprender que no necesariamente nos traerán beneficios para la salud de nuestro cabello.
Los factores que regulan el crecimiento del cabello son poco conocidos. Sin embargo, se sabe que las hormonas (en particular los andrógenos) intervienen en una parte de ese crecimiento. La participación de los andrógenos en los procesos del cabello es tan paradójica que así como pueden ser los culpables de que los hombres se queden calvos, así tienen que ver con que a las mujeres les salga vello donde no quieren que les salga. En la parte frontal de la cabeza es cuando el crecimiento natural comienza a disminuir con el tiempo por el exceso de hormonas androgénicas, sobre todo en hombres, y se inician los procesos de la alopecia. En la mujer los estrógenos actúan alargando las fases de crecimiento (anágeno) y de reposo (telógeno) en los cabellos frontales, cosa que en el hombre no sucede. Por eso el cabello de la mujer es más denso y abundante. En las mujeres crece el cabello con más rapidez, pero el vello corporal lo hace despacio. En el hombre sucede lo contrario. Esta complicada relación entre los andrógenos, los estrógenos y el crecimiento de cabello hace que sea casi imposible demostrar que los anticonceptivos hacen crecer más el cabello por el sólo hecho de afectar hormonalmente.
Otro problema con el que se enfrentan los que afirman que las pastillas anticonceptivos sirven para la salud del cabello es la cuestión del equilibrio y desequilibrio hormonal. Si para establecer las medidas concretas de un organismo equilibrado se necesita de mucho estudio y de mucha observación, con mayor razón se necesitará para establecer los factores que ayudarían a que un organismo desequilibrado hormonalmente se vuelva equilibrado. Hay que recordar que cualquier trastorno de la actividad hormonal, incluso cuando son por causas psíquicas, puede repercutir negativamente sobre la cantidad de cabello, su crecimiento o su renovación, y el medir o cuantificar esos trastornos se vuelve muy difícil y costos. El hacer estos estudios sería demasiado para un producto que en un inicio no es elaborado con el fin de hacer crecer el cabello, vamos que ni siquiera es elaborado para equilibrar las hormonas. En todo caso, es más prudente decir que los anticonceptivos basarían su acción en una alteración hormonal, no en un equilibrio.
Sí aun con lo escrito anteriormente decides probar con anticonceptivos, ten en cuenta los efectos secundarios, más si probaras con un tratamiento directo, oral, de pastillas. El empleo equivocado y excesivo de este tipo de remedios puede traernos enfermedades y daños a la estructura no sólo del cabello; podría surgir acné, podría haber hinchazón de los senos, podría presentarse extra sensibilidad y cambios en el humor. Es mejor que pruebes con las pastillas anticonceptivas de forma indirecta, es decir, que las añadas trituradas a tu shampoo habitual. De esta forma evitaras muchos de los efectos secundarios que pueden ser impredecibles al tomar un tratamiento directo. Si prefieres las recetas naturales, te sugerimos que añadas las pastillas trituradas a otros componentes como el aceite de oliva, el aceite de argán, el aceite de semillas de uva o el de jojoba que contienen vitaminas que por lo menos ayudan a la humectación y brillo del cabello. Por ejemplo, puedes añadir tres o cuatro pastillas a dos cucharadas de miel, una cucharada de aceite de oliva y un huevo, mezclándolo muy bien. Aplica un poco del preparado en los cabellos de la parte media hasta el extremo y el resto en el cuero cabello mientras masajeas la zona de manera circular con tus dedos. Después de 45 minutos, puedes lavar tu cabello normalmente.
Ahora bien, el utilizar de forma indirecta los anticonceptivos reduce el impacto de los efectos secundarios pero no asegura la efectividad y la consecución en el proceso de crecimiento del cabello. El cabello se alimenta exclusivamente por la papila, internamente, a través de la circulación de la sangre, no es que se pueda nutrir de forma externa. No se puede asegurar la acción de los de los anticonceptivos triturados sin la disolución y penetración en los folículos, ya sea por medio de algún vehículo o de alguna sustancia natural con propiedades hidrosolubles o liposolubles.