Una moda es llamativa y pasajera, pero siempre se reinventa. El cuidado de las cejas ha sido parte muy importante de la imagen y de la belleza de la mujer en las diversas etapas de la historia, sobre todo a partir de siglo XVI, cuando aparece la idea de moda y se extiende por Europa. Basta una mirada para provocar todo tipo de efectos en las personas: alegría, sorpresa, miedo, enamoramiento, respeto, intriga, y las cejas juegan un papel vital en esas expresiones de nuestro mirar.
¿Delgadas o gruesas? Parece que esa es la cuestión clave. Cuando quiere prevalecer en una década el uso de las cejas delineadas y delgadas, aparece alguna actriz, alguna miss universo o alguna modelo que reivindica el uso de cejas gruesas y pobladas; o cuando el uso de cejas anchas y abundantes se impone en las revistas, en las pasarelas, en el cine o en los concursos, aparece alguien con una ceja muy delgada, casi de muñeca de porcelana, y pone todo el mundo de la moda de cabeza, un vez más.
Antes de la especialización y la propagación de los cosméticos en el siglo XIX, podemos encontrar culturas antiguas como la egipcia o la griega que daban ya un lugar especial a la belleza y que utilizaban algunos preparados para adornar su rostro. Utilizando ceniza, tierra, tinta y otros componentes, se pintaban los párpados y el área de la ceja para resaltar la fuerza o la belleza de su mirar. Ya en esos tiempos es viable suponer que la depilación de las cejas formaba parte de los hábitos de las cortesanas y de las mujeres que ejercían alguna función gubernamental o religiosa en la ciudad. En Roma y gracias a al contacto que se tuvo con civilizaciones orientales, se conocieron nuevas formas para maquillar las pestañas y las cejas, y nuevas técnicas de depilación, a las que seguían teniendo acceso preferentemente las clases gobernantes. Antes de la época victoriana, parece prevalecer, sobre todo en las cortes europeas, el uso de cejas delgadas y delineadas.
Fue hasta el siglo XIX, gracias en gran medida a los franceses, que el maquillaje, la depilación y la moda de llevar la ceja de tal forma mejor que otra, pasó a ser parte de la vida de toda mujer. A partir de la era victoriana (1837-1905), la mujer comenzó a ennegrecerse la ceja para resaltar sus atributos. Gracias a la aparición de cosméticos como el rímel o la máscara para ojos, se popularizó el resaltar la fuerza, la elegancia y la vivacidad de la mirada con el uso de cosméticos ya más especializados como el polvo de carbón. En materia de depilación, para 1870, ya se había realizado la primera electro-cauterización, con la que se pudo remover las pestañas de un paciente que sufría de triquiasis. El éxito en la descomposición electro-química de los folículos en los parpados, permitió que el procedimiento también se pudiera aplicar en las cejas. Comenzaba la era de la depilación.
El llevar la ceja muy delgada, muy depilada y muy delineada quizá encontró su auge en las décadas de 1920 y 1930. Debido en parte al surgimiento del cine, que requería mayor expresividad en el rostro, muchas optaran por depilarse las cejas casi totalmente para pintárselas después con arcos prolongados que acentuaban la expresión. Basta con observar los rostros de las actrices más influyentes y conocidas de aquella época para notar esa preferencia. Marlene Dietrich, Vivien Leigh, Greta Garbo y Bette Davids por ejemplo.
Para 1950 se puede rastrear un ligero cambio en la forma de estilizar la ceja. Se sigue manteniendo el arqueado pero ya no la ceja delgada. En ese tiempo parece preferirse el llevar la ceja un poco más poblada, pero aun arqueada y delineada como se puede observar en Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor. Para los 70 y los 80 habría un cambio significativo en la moda de la ceja gracias a la irrupción de nuevos paradigmas de la belleza. Se dejaría de lado casi por completo la depilación y el pintarse la ceja para no despojar a la mirada de su naturalidad y su encanto. Madonna, Jane Fonda y Brooke Shields en su juventud son de los ejemplos más representativos de esta moda.
Para 1990 y para el año 2,000, con el desarrollo de la técnica de depilación láser, volvería con fuerza la tendencia a depilarse, delinearse y portar la ceja delgada. Las técnicas de tatuado o delineado permanente tendrían mucho auge durante este tiempo, haciendo que el cuidado de la ceja ya no fuese un asunto de preocupación diaria. El enfoque y el impacto de la mujer a otras áreas no relacionadas tanto con el mundo de la moda, favoreció al desarrollo de estas formas más prácticas de portar la belleza.
Como hemos visto, el llevar cejas delgadas o cejas prominentes ha sido la alternancia clave en las preferencias de casi todas las épocas. En estos días es mucho más notoria esta alternancia gracias a la diversidad de productos y técnicas que permiten moldear y obtener la ceja que queremos. En el 2014, en el 2016 y presumiblemente para el 2017, volvió a tomar fuerza el no depilarse, el mantener la naturalidad de las cejas. Las llamadas “maxi” cejas y las cejas “cónicas” tienden a mantener la densidad y la abundancia de cejas para denotar la firmeza y la decisión que la mujer tiene a través de la mirada.