El stress es una reacción emocional, muchas veces incontrolable, que se manifiesta especialmente en sujetos sometidos a demandas y presiones constantes. El término proviene de la ingeniería civil y se aplica a la fuerza capaz de romper un objeto. El stress es un conjunto de síntomas que provoca varias complicaciones en el organismo, ya sea migraña, gastritis, ansiedad y hasta alopecia.
El tema de la alopecia nerviosa, o calvicie generada por stress, es un tema controversial entre los dermatólogos, los científicos y los profesionales de la cosmética. Si bien no se discute tanto que la alopecia puede generar stress y ansiedad en el sujeto que la padece, no se puede hablar con la misma seguridad de forma inversa. El problema radica en saber a ciencia cierta si las situaciones traumáticas, o las personalidades tendientes a la depresión o con una deficiente respuesta a los eventos estresantes puedan ocasionar episodios agudos de alopecia areata. Hay estudios en los que se concluye la existencia de una elevada tasa de personas que padecen calvicie en regiones donde ha sucedido alguna guerra o ataque terrorista, pero hay también conclusiones que afirman que el stress no provoca la alopecia, sino que solamente la recrudece; en el caso de los que no sufren alguna alopecia heredada, no habría motivos para generarla mediante el stress. Un hombre de 30 años que aún conserva la mitad de sus cabellos, nunca sería totalmente calvo, por más que se estresase o se presionase y es de aceptación general que si las primeras pérdidas de importancia sobrevienen hacia los 50 años, el sujeto conservará hasta la vejez una cabellera correcta. Ante estas disyuntivas, lo que parece más prudente afirmar es que el proceso de calvicie ya obtenido puede ser más acelerado si el sujeto está sometido a mucha presión o a una rutina estresante.
En general, se sabe que la alopecia masculina es debida a un exceso de hormona masculina (testosterona), puede afectar a un hombre de cada 4 y casi siempre es hereditaria. La alopecia areata, la de Celso sobre todo, se caracteriza por la aparición brusca, sobre el cuero cabelludo, de un área redondeada glabra (lisa y brillante) de límites nítidos. Presenta también dermatosis común de origen desconocido, no es contagiosa y carece de predilección por determinado sexo o edad, aunque con frecuencia se hallan antecedentes familiares. Son estas apariciones bruscas de placas, sin explicación aparente, las que se tienden a asociar con los eventos o rutinas estresantes. La placa inicial puede ser única o múltiple; rara vez invade todo el cuero cabelludo. A veces existen localizaciones limitadas a la barba y bigote, cejas o pestañas.
Hay pocas cosas más difíciles de pronosticar que la evolución de un enfermo que presenta una primera placa peládica. Si son debidas a un trauma accidental, el paciente suele recordarlo, pero hay algunas, ya sea por lo alejado de su oportunidad y modestia de su intensidad, más difíciles de reconocer.
Desde la reparación espontánea hasta la aparición de más lesiones con producción de las formas decalvantes totales, o la sucesiva reparación (a veces tres años de calma son necesarios), con o sin placas peládicas permanentes. Todas las variantes pueden manifestarse. En general, las formas benignas producidas por leves acontecimientos estresantes, recordables y reparables en pocos meses, son las más comunes. Como la influencia del stress es muy probable, es aconsejable la práctica de técnicas psicológicas o psiquiátricas, especialmente en aquellos sujetos que se muestran reticentes a los tratamientos clínicos, sobre todo los que tengan algún historial de afecciones causadas por el estrés con anterioridad.
La alopecia areata es grave si quien la padece es alguien joven, es más sencillo relacionarla con el stress en personas que la sufren pasados los 16 de años. Hay que buscar los síntomas psicopatológicos en el joven que la padece (estrés, tensiones familiares y/o nerviosismo) sin culpabilizarlos o acusarlos, hay que escucharlos con atención para poder ubicar si lo que se necesita es un tratamiento psicológico. La intensidad de la alopecia aumentada o provocada por cuestiones de stress está relacionada entonces con la edad cronológica del sujeto junto con el trastorno estresante. Hay problemas de estrés en hombres y mujeres, jóvenes y viejos; sin embargo, la incidencia y extensión de la calvicie aumenta con la intensidad de los traumas o presiones experimentados.
El punto más álgido de estas alopecias recrudecidas por el stress es la alopecia psicogénica, que puede provocar la pérdida del cabello total, de un día a otro.
Alopecia psicogénica.
Es una consecuencia psicosomática de traumas emocionales de gran intensidad que provoca la caída brusca – pocos días después de la conmoción- y más o menos total de los cabellos. También es posible detectarla en los gatos.
Se debería a un mecanismo hipotálamo-hipofisario desencadenado por el factor emotivo. La reposición comienza generalmente a los 30 días y se completa en pocos meses. Como tratamiento se indica psicoterapia, equilibradores psíquicos, lociones estimulantes y ácido pantoténico. El tratamiento incluirá un completo estudio clínico y laboratorial, incluyendo el metabolismo, endocrinológico, serológico, oftalmológico, inmunológico buscando antecedentes de shock o tensión emocional, corrigiendo las alteraciones que vayan siendo evidentes.
Tricototilomania.
La tricotilomania es un trastorno psicopatológico consistente en el desprendimiento violento de los cabellos por parte del sujeto, generalmente de manera inconsciente. En la mayoría de los casos no hay una causa traumática grave, sino una ligera ansiedad producto de situaciones como el rompimiento con algún novio, las exigencias de la madre o del padre o la enfermedad de algún ser querido. El arrancarse los cabellos actúa como liberante emocional.