Sabemos muy bien que nuestro cabello es uno de los elementos de nuestra imagen física más importantes, ya que no sólo cumple con una función natural de proteger el cuero cabelludo de cualquier clima (ya sea el frío, el viento o los fuertes rayos del sol), sino que a lo largo de la historia de la humanidad se ha constituido como un factor estético, de ahí que las diversas formas de llevarlo hayan evolucionado junto con las sociedades.
El estilo de cabello que utilizamos no sólo marca la manera en la que las demás personas nos ven, sino que es un símbolo muy significativo que describe un poco acerca de nosotros, el tenerlo corto, largo, ondulado, lacio, de color castaño, negro, rubio, rosa, azul o verde, con cortes conservadores o modernos, es un claro indicador de nuestros gustos y hasta cierto punto de la personalidad. El pelo representa para la mayoría de nosotros una forma de expresarnos ante el mundo.
Por todo esto y más es que el mercado está plagado de productos destinados al cuidado y arreglo del cabello, tan sólo basta con caminar por el pasillo de belleza del supermercado para encontrarte con un champú, un acondicionador, un spray o incluso un tratamiento para la calvicie, todo lo que necesites (o no) para tu pelo viene en una gran cantidad de presentaciones y precios.
No sólo los diferentes cortes y peinados son parte de los arreglos que se le pueden hacer al cabello, ya que desde hace décadas se ha popularizado el uso de tintes capilares destinados a cambiar el color del pelo, aunque lo utilizan principalmente las mujeres (de hecho, son ellas a las que se dirige la mayor parte de la publicidad de estos productos), su uso por parte de la población masculina está en constante crecimiento.
Siguiendo con el ejemplo del pasillo de la tienda de autoservicio, de seguro más de una vez te has visto abrumado al entrar a la sección de tintes para pelo y ver la gran cantidad de marcas y colores existentes, los hay desde los clásicos (y más naturales) como el negro, el castaño oscuro, claro, medio, el chocolate y el rubio (claro, oscuro, cenizo), hasta los más inusuales y extravagantes como el rosa, verde o morado. Hay todo un mundo de posibilidades al componer un estilo completo para nuestra cabellera.
Ahora bien, por muy frecuente que sea el uso de los tintes de cabello entre la sociedad contemporánea, lo cierto es que muy pocos se detienen a pensar cuáles son los efectos negativos que éstos pueden tener para nuestro pelo y el cuero cabelludo. En Reelance somos una empresa dedicada a la investigación en temas con relación al cuero cabelludo, por lo que a continuación te diremos algunos de los daños que los tintes pueden ocasionar.
Para muchos, teñirse el cabello es una actividad cotidiana, sin embargo puede llegar a ser peligrosa si se realiza con demasiada frecuencia, pues los tintes contienen una serie de sustancias dañinas para nuestra salud, estamos hablando de compuestos químicos que contienen elementos tóxicos como el peróxido, amoniaco, la p-fenilenodiamina (PPD por sus siglas), algunos metales pesados y pesticidas, por mencionar sólo algunos.
Entre los efectos negativos que tiene el uso de los tintes están:
Alergias. Hay personas que cuando se tiñen el cabello por primera vez comienzan a experimentar irritación, ardor y mucha comezón en el cuero cabelludo, esto se debe a que su piel es muy sensible y no es capaz de soportar todos los componentes de los tintes, asimismo, es posible que tengan una reacción alérgica. Por eso la mayoría de los empaques de estos productos, te recomiendan probarlo primero en una pequeña parte del cuerpo (como la mano), con el fin de descubrir de antemano si la piel no presenta urticaria al ponerse en contacto con los químicos.
Adiós al color natural. Cuando una persona decide dejar de teñirse el pelo después de años de haberlo hecho, se topará con que el color que le queda (al eliminarse todo rastro de tinte) ya no es el mismo que tenía antes de pintárselo por primera vez, esto es provocado por el peróxido, compuesto que poco a poco elimina la pigmentación natural de las hebras capilares, además de que las debilita y las reseca.
Cabello maltratado. El constante uso de tintes capilares reseca el cabello y lo deja opaco, además de que se adelgaza considerablemente y se vuelve quebradizo. Todos estos son síntomas de que la salud de nuestro pelo no está en buenas condiciones, no obstante, cuando se presentan, la mayoría de la gente suele volverlo a teñir para esconderlos detrás de un nuevo color; todo esto resulta ser muy contradictorio, ya que supuestamente nos pintamos el cabello para mejorar nuestra imagen.
Pérdida excesiva de cabello. Este es uno de los efectos más alarmantes, puesto que el abuso en la aplicación de tintes capilares, aunado a otros productos químicos y el excesivo uso de planchas, rizadores y secadores de pelo, pueden provocar alopecia, es decir, la caída del cabello de forma irregular en diferentes zonas del cuero cabelludo. Para remediar esto, no basta con dejarse de pintar el pelo, sino que se necesita acudir con un médico especialista y posteriormente iniciar un tratamiento para la calvicie.
Dicho tratamiento para la calvicie debe de estar aprobado por tu doctor, ya que en el mercado existen un gran número de productos que no han sido probados clínicamente. Por lo que se tiene que ser cuidadoso al elegir uno.
Estas son sólo algunas de las consecuencias que puede traer el pintarse el cabello con demasiada frecuencia, por lo que es recomendable que si lo vas a hacer, lo hagas de forma responsable y le des a tu cabello el cuidado necesario para evitar cualquier efecto negativo. En Reelance estamos comprometidos con la salud del cabello, para más información te invitamos a navegar por nuestra página y conocer todo lo que necesitas.