Permanentes de cabello

La permanente es el conjunto de procedimientos mecánicos, físicos o químicos que tienen por objeto cambiar la forma del tallo capilar de lacio en ondeado, con el propósito de mejorar la apariencia estética de la cabellera durante un tiempo más o menos prolongado. En realidad el calificativo de permanentes es exagerado, pues su duración rara vez sobrepasa los 6 meses (puesto que el cabello crece 1 y ½ centímetro por mes y nace sin el artificio adquirido) y necesitan ser retocadas con mayor frecuencia.

En tiempos de las grandes pelucas, en la Francia del rey Sol, un peluquero emprendedor imaginó rizar el pelo de éstas, enrollándolo y mojándolo en palillos cilíndricos, que después llevaba a secar en los hornos de panadería (técnica del siglo XVIII, que todavía se practica con escasas variantes en las fábricas de postizos, conocidos como croquignole).Pero hace más de medio siglo que Carlos Nessler aplicó los principios de este rizado de las pelucas operando directamente sobre el cabello natural. Bautizó su invento como “ondulación permanente”, y lo empezó a explotar en Londres en 1906, obteniendo inmediato éxito. Obviamente el proceso ha sufrido sucesivos perfeccionamientos. Cuando se llevó a París en 1909, se enrollaba la mecha de pelo en un bigudí metálico cilíndrico, se envolvía en un producto especial húmedo y se ponía todo en un tubo de cartón que se calentaba eléctricamente. Ahora se han mejorado los aparatos, perfeccionando la técnica, acortando el tiempo, sustituido las fuentes de calor, suprimido los peligros de quemaduras e irritaciones primarias y disminuido los de sensibilización.

Las permanentes en caliente.

En la ondulación permanente caliente se utiliza, para conseguir su fin, el vapor de agua, líquidos alcalinos, reductores y bajo calentamiento. Los fenómenos que se desarrollan son:

    1. Alcalinización previa, por líquidos ondulantes, nulos en frío.
    2. Reducción, hidrolisis y neo formación de puentes en caliente.
    3. Fijación por enfriamiento brusco.

El agua a temperatura de ebullición o al vapor produce la hidrólisis de los puentes laterales disulfurados de la queratina, separándolos. Aquí, como en las permanentes frías, hay ruptura de puentes disulfrurados por la acción de los reductores, formando nuevos. El método químico o auto térmico se basa en la utilización de sustancias exotérmicas, producidas por ejemplo, mediante la combinación de la cal viva con el agua, que llega a producir temperaturas de 110 grados. Otras están basadas en sales metálicas, humedecidas y envueltas en aluminio que deben desecharse por su peligro.

Fuentes de calor: Se utilizan aparatos eléctricos o procedimientos químicos para obtener el calor que realiza el cocinado del cabello. Los primeros, de diversos modelos, a base de resistencias, pueden ser directos o indirectos, pero el principio es el mismo, deberán llevar termómetro y termostato.

Las permanentes frías.

La permanente en frio en cambio, se basa en una técnica y principios diferentes, y es un descubrimiento norteamericano. Su aparición en el campo de la cosmética en su aspecto actual data de 1942, ya que los primeros ensayos, que se hicieron en base a sulfato de amonio, causaron alopecia, dermatitis y hasta casos de muerte por intoxicación aguda, siendo prohibida por la Food and Drug Administration. En la actualidad se emplean como reductores, que si bien no están enteramente desprovistas de riesgos, son mínimos observando una correcta técnica de utilización y descartando la sensibilidad individual. El método es considerado ahora científico, dermatológico, cosmético y legal.

Este método requiere menos instrumental que la permanente caliente y se realiza a temperatura ambiente. La queratina capilar es afectada en frío por el ácido tioglicólico presente en las soluciones onduladoras como una sal de amonio, y que es el factor químico más importante.

        1. Reducción de la queratina en medio alcalino por la solución onduladora de ácido tioglicólico más amoníaco.
        2. Neutralización mediante soluciones oxidantes ligeramente ácidas.

Las permanentes tibias.

La última técnica conocida, permanente tibia, de origen francés, utiliza productos químicos similares a la fría, pero agregando un calentamiento reducido. Es una combinación de las dos técnicos anteriores, que trata de evitar, por un lado, las elevadas temperaturas de la ondulación al calor, y por el otro, la excesiva acción química de los líquidos onduladores de la fría. Hay dos variantes.

        1. La variante fría “calentada”, de principio semejante y que utiliza los mismos líquidos que la fría, pero en proporción más débil, cuya acción acelera aplicando calor reducido.
        2. La variante de la permanente caliente “enfriada” que, como está basada en la permanente caliente, no es necesario neutralizar, pero para disminuir la temperatura se utilizan cantidades pequeñas de tigliocolatos.

Condiciones profesionales del ejecutante.

La ondulación permanente no es solo una técnica, sino también un arte, y su ejecutante debe poseer conocimiento, habilidad y sentido artístico. El dominio técnico es indispensable, pero la destreza y un buen gusto innato también lo son. A la acción de la máquina se le añade el manipuleo del artista peinador “capilartiste”, que en realidad superpone otra ondulación corrigiendo la monotonía de su casi arquitectónica regularidad, imprimiéndole su sello personal, pues humedece, ahueca y esponja. Raras veces las ondas finales son exactamente iguales a las obtenidas por la máquina. Prueba de ello es que la ondulación permanente, de aspecto estético impecable al salir de manos del peinador, se desmejora bastante antes de que la queratina haya perdido las características físicas que le diera el tratamiento originario.

No sólo los motivos estéticos sino también médicos (posibilidad mínima de lesiones cutáneas y capilares, si se actúa con correcta técnica) imponen la conveniencia de que la permanente, en todos sus tipos, sea ejecutada por profesionales oficialmente habilitados en razón de su adecuada idoneidad.

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