A lo largo de los tiempos, el ideal de belleza en la mujer se ha forjado, sobre todo en occidente, bajo la sentencia: mucho cabello y poco vello. Desde hace siglos se elaboran preparados, mezclas o técnicas para eliminar el vello superficial sobre todo en zonas que pueden ser visibles para el ojo humano.
También en las culturas de oriente, se ha buscado eliminar de manera cada vez más efectiva el pelo que crece en el rostro, en las piernas, en las axilas o en otros lugares por un afán de consecución en la belleza. Las antiguas princesas y bailarinas orientales utilizaban la rusma o la atanquía para depilarse; la rusma es un combinado de cal y oropimente pulverizado en una solución alcalina que permite la eliminación mecánica del vello. En la época victoriana, se exportó este método y se utilizó sobre todo en el rostro. Pero las rígidas costumbres y la moral recalcitrante provocaron la actitud de recato hacia este tipo de temas. Además de la rusma, se utilizaba la piedra pómez en aquellos tiempos de enorme pudor.
El cambio en las costumbres sociales y en las vestimentas provocó que se retomara el interés sobre las formas de eliminación del vello, que es en nuestros días un paradigma del atractivo en la mujer. Incluso se busca eliminar el vello en zonas más íntimas como el pubis o el ano. Los distintos métodos que se han desarrollado se pueden dividir en mecánicos; utilización de instrumentos, sustancias (epilación) o electrólisis para eliminar el vello sin lesionar la piel, y químicos; utilización de sustancias que inhiben gradualmente el crecimiento de vello.
Depilación mecánica con rastrillo o con máquina.
Es el método más práctico para quitar el vello en zonas amplias. Puede realizarse en unos cuantos minutos y es muy útil sobre todo cuando no se tiene el tiempo o el dinero para mantener las sesiones de depilación en algún salón. El problema con este método es que se tiene que realizar constantemente, ya que el efecto dura de 3 a 4 días, dependiendo de qué tan rápido sea el ritmo de crecimiento del vello, sobre todo en las piernas. Para evitar cortaduras o irritaciones con este método, es recomendable realizarlo durante la ducha, tener un rastrillo de calidad, ergonómico, una espuma o un jabón adecuado y realizar el rasurado en el mismo sentido del crecimiento del vello. Existe la creencia infundada que el rasurado constante hace que los vellos tengan más grosor, esto es relativamente falso, lo que si puede presentarse es irritación y sequedad si no se hace adecuadamente, sobre todo con la máquina.
Epilación
La epilación tiene un efecto ligeramente más duradero que con el rastrillo, ya que los vellos son removidos con todo y sus bulbos. El que se eliminen también las papilas pilosas del folículo, hace que sea más tardado el proceso de regeneración y crecimiento, retardándolo hasta por más de una semana. Lo que hay que decir es que aunque todos los métodos pueden ser dolorosos, este es uno de los que más. Hay muchas películas, sobre todo de comedia, que muestran, no sin exagerar, lo doloroso que puede resultar este procedimiento. Generalmente las mezclas que se utilizan contienen colofonía y ceras, como la cera de abeja. Con frecuencia se agrega alcanfor para lograr un efecto refrescante en la piel, para reducir las molestias que se presentan al tirar del vello.
Electrólisis
Este método surgió ante la relativa temporalidad y efectividad de los métodos mecánicos citados anteriormente. La electrólisis se ha establecido como la forma mecánica más efectiva para eliminar el vello, pero también la más costosa. Este método se basa en la introducción de una aguja en el folículo que provoca la destrucción de la raíz capilar por medio de una baja corriente eléctrica continua. El problema con esto es que se necesitan de muchas sesiones en los salones de belleza, ya que es un proceso lento que requiere de aplicación individual en cada uno de los folículos. Un especialista trata por lo general de 25 a 90 vellos por sesión.
Depilación química
Se han desarrollado una variedad de preparados depilatorios los cuales tienen como objetivo destruir el vello superfluo de la piel mediante reacciones químicas, sin lesionarla. Una de las ventajas de este tipo de métodos es que se evitan las cortaduras en las zonas que son difíciles de alcanzar o de observar. Ya dijimos que la creencia de que el vello se hace más grueso con la rasurada es infundada, pero este tipo de formulados ayudan a que el vello no se esté regenerando si se utilizan frecuentemente. El problema con estos métodos es que pueden presentarse lesiones o irritaciones como consecuencia de su aplicación, especialmente si se utilizan por mucho tiempo sobre la piel. La forma en la que actúan estos compuestos se basa en un detrimento gradual de la queratina en el tallo del folículo, lo que permitiría una eliminación más prolongada. Si la piel no sufre de dermatosis y si se aplican adecuadamente, estas cremas y preparados resultan de mucho provecho para la belleza. Lo que se suele requerir en estos preparados es que no sean tóxicos o irritantes, que eliminen el vello en cinco o siete minutos, que no dejen olores penetrantes y que no dejen manchas en la ropa.
Como hemos visto, hoy en día hay todo tipo de métodos para eliminar el vello, que buscan perfeccionarse para eliminar definitivamente el dolor en el proceso; para acabar con esa idea de que la belleza cuesta y duele.