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Experiencia con Minoxidil

Desde que cumplí 30, me di cuenta que podía sufrir de calvicie prematura, las entradas ya eran muy notorias, y aunque trataba de tomar las burlas a broma, en realidad siempre me causó cierta inseguridad; en esta ocasión voy a contar mi experiencia muy personal para tratar de revertir mi alopecia con minoxidil, que fue la alternativa que me recomendó un especialista.

La historia de mi lucha contra la alopecia

Todavía no llegaba a los 40, cuando fui diagnosticado con alopecia androgenética; no sabía ni siquiera que era una afección tan común, ni tampoco los estudios y avances que se tenían en la materia. Cuando sentí que mi calvicie prematura ya era demasiado marcada, y que esto me provocaba inseguridad para todo, hasta para buscar relacionarme con alguien, decidí hacerle caso a un amigo y busqué asistencia profesional para tratar de encontrar una solución. Siempre he cuidado mi salud y no soy alguien que se confía en cualquier cosa tan fácilmente, por lo que investigué y acudí con el especialista con mayor prestigio en mi ciudad; ya había intentado varios remedios caseros para la calvicie sin resultado alguno, por lo que esta vez quería saber si había un tratamiento médico y realmente profesional para tratar mi pérdida de pelo. Desde mi primer cita aprendí muchas cosas, que hay diferentes tipos de alopecia, es decir de calvicie, y que también existen múltiples causas de la caída de cabello. El médico que me atendió me explicó con gran detalle, y yo también iba investigando de forma independiente, para ver de igual forma si lo que me iba diciendo realmente tenía un respaldo científico documentado. Fue así como llegué a dos certezas que fueron clave para empezar a intentar curar mi calvicie, la primera fue que mi padecimiento era alopecia androgénica, que es también la más común tanto en hombres como en mujeres de todo el mundo y todas las edades. Esto de igual forma fue importante para mi, ya que sentía que era un bicho raro por ser tan joven y tener problemas de calvicie, aunque me dio cierta tranquilidad que en realidad es muy común que personas de cualquier edad tenga esta clase de afecciones. Y la segunda conclusión clave, fue que actualmente existen dos tratamientos con amplio concenso científico y que además son los únicos aprobados a la fecha por la FDA para tratar la alopecia androgénica: uno es la finasterida y el otro el minoxidil, solo que este último es el único que sí está avalado tanto para hombres como también para mujeres, por lo cual fue la sugerencia de mi especialista. Tampoco quería tomar un tratamiento que fuera complejo o riesgoso, ya había leído del tema y me enteré que también hay quienes se realizan cirugías, que resultan carísimas y complicadas, por lo que el monoxidil llamó mi atención, pues era bastante accesible y fácil de aplicar. Ni siquiera me gusta tomar fármacos, pero aquí era algo tan sencillo como una loción, que simplemente tenía que empezar a usar de forma regular, con el objetivo de ir restableciendo el funcionamiento normal de los folículos capilares, y así poder empezar a restaurar el crecimiento de mi cabello. El mismo médico me señaló que esto no funciona por arte de magia, es un proceso fisiológico que también puede ser muy diferente de persona a persona, por lo que tenía que ser paciente y esperar resultados graduales. Así que me dispuse a ser paciente, pero también persistente y optimista.

Comenzando a usar minoxidil para hacer crecer el cabello

A las pocas semanas, sentí un poco de irritación en el cuero cabelludo, aunque esto se solucionó muy rápidamente con un shampoo especial que también me sugirió el mismo especialista. Él ya me había advertido que de los pocos efectos secundarios que se llegan a presentar de forma esporádica en este clase de tratamientos, se encontraba la irritación, aunque en realidad en mi caso fue muy ligera y fácil de tratar. Tengo que ser honesto, pasaron varias semanas y yo, quizá por propia sugestión, sentía que ya empezaba a tener más cabello, aunque cuando le pedí la opinión a amigos y familiares, me señalaron que la verdad no veían cambio alguno, pero aún así no me desanimaba y seguía con el tratamiento recomendado por el especialista. Cuando llevaba ya un poco más de dos meses con el tratamiento, me empecé a preocupar, e incluso a sentir cierta molestia, después de que vi que en mi almohada había restos de cabello más abundantes de lo habitual, incluso le llamé al médico que me estaba dando seguimiento para reclamar, o saber si había hecho algo mal, aunque me pidió que me tranquilizara y le llevara unas muestras de este cabello que se me estaba cayendo. Así lo hice, al llegar, me mostró algo que no había notado, y que aprendí era muy importante, lo hizo primero a simple vista, y después con una especie de microscopio, era una comparación entre este tipo de cabello que se me estaba cayendo, y el pelo que aún tenía en la cabeza. Me hizo ver con claridad que este cabello caído, era en realidad más delgado que el cabello que aún tenía en la cabeza, y me cambió totalmente el humor, cuando me explicó que este es uno de los efectos secundarios normales que se producen en los tratamientos con minoxidil, el llamado shedding. Aprendí que esto se genera en ciertos casos, debido a que la acción de restauración de los folículos capilares, genera que estos cabellos débiles se caigan, para que puedan empezar a generarse cabellos más sanos y fuertes; que es el objetivo esencial de este tratamiento. Mi médico me recomendó que no me estresara, que eso solo complicaría el tratamiento, lo cual no fue complicado pues su explicación fue clara, y de hecho alentadora, ya que este efecto secundario, es un indicador de que el tratamiento está funcionando y se está llevando a cabo el proceso de restauración capilar. Fue cuando tenía alrededor de 3 meses con el tratamiento para la alopecia, que empecé a notar que ya comenzaba a crecer cabello en zonas donde estaba seguro que ya no tenía; de hecho me tomé algunas fotos para compararme con imágenes anteriores y no tenía lugar a dudas, realmente estaba creciendo mi cabello finalmente. Desde luego que seguí con el tratamiento, tampoco sin exagerar, simplemente siguiendo las recomendaciones y manteniendo la paciencia, no había pasado medio año, cuando ya estaba convencido que mi alopecia androgénetica estaba siendo superada en gran medida, quizá no tenía la cantidad de cabello que cuando tenía 5 años, pero definitivamente había logrado hacer crecer el pelo, en una mayor proporción de lo que hubiera imaginado. Hago este escrito también como una forma de animar a personas que de igual forma tienen problemas de calvicie prematura, a investigar más acerca del minoxidil, funciona realmente, y que de igual manera lo puedan comprobar a partir de los productos existentes en la actualidad. Hoy en día hay fórmulas especialmente dedicadas a hombres, mujeres, incluso minoxidil para barba y que son fáciles de adquirir y utilizar. Soy una prueba viviente de que curar la alopecia es posible en nuestros días.

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