Muchos de los productos que se utilizan para el cabello, sobre todo los que ayudan a prevenir y tratar la alopecia, hacen énfasis en la mejora de la circulación en el torrente sanguíneo. Si se comienza con algún tratamiento o si se va a probar alguna opción para mejorar la salud del cabello, es conveniente saber como funciona la dinámica capilar, la que permite a los componentes de los productos cumplir sus funciones.
Primero, hay que hacer hincapié que es en los capilares donde tiene lugar la función más específica de la circulación, o sea, el intercambio de elementos nutritivos y la excreción celular entre tejidos y sangre circulante. En el cuero cabelludo, la dinámica capilar está cubierta por unos 125,000 capilares aproximadamente.
La disposición típica de la red capilar en el cuero cabelludo no es homogénea en los seres humanos; pero de manera general, se puede hablar de disposiciones similares en las que encontramos arteriolas (ramificaciones de las arterias), metarteriolas (diminutos vasos sanguíneos), capilares (tubos sanguíneos) y vénulas (vasos que permiten el retorno de la sangre). Son las metarteriolas, y los esfínteres precapilares, los que están en contacto estrecho con los tejidos a los que nutren. Este “contacto” es lo que se conoce como vasomotilidad o dinámica capilar; y es gracias a ella que las condiciones locales de los tejidos (condiciones de nutrimentos, productos terminales del metabolismo, iones hidrógeno, etc.) pueden producir efectos directos sobre los sitios en donde se cumple la renovación de los cabellos, para regular el flujo sanguíneo local en cada zona minúscula del cuero cabelludo, sobre todo en la pared capilar.
La pared capilar del cuero cabelludo está formada básicamente por una capa de células endoteliales (células aplanadas que revisten todo el sistema circulatorio), rodeada por una delgada membrana basal en el lado exterior. El diámetro de los capilares depende del riego sanguíneo y varía entre los 0,0005 y los 0,015 milímetros, o sea que es apenas suficiente para que puedan atravesarlos, aplastándose, los glóbulos rojos y otras células sanguíneas.
Me permito el lenguaje metafórico para explicar que la sangre no es un torrente intenso y continuo, como un río impetuoso, que fluye través de los capilares. Por el contrario, como el agua en una caverna, discurre en forma intermitente. Esta intermitencia, como lo mencionamos anteriormente, se debe a la contracción de las metarteriolas y los esfínteres capilares, es decir, se debe a la vasomotilidad, a la dinámica capilar.
Regulación de la dinámica capilar.
El factor más importante, conocido hasta ahora, que afecta la vasomotilidad es la concentración de oxígeno en los tejidos. Cuando la concentración de oxígeno es muy baja, los pequeños chorros de sangre circulan con mayor frecuencia y la duración de cada período de flujo dura mayor tiempo, permitiendo así que la sangre lleve mayores cantidades de oxígeno (y otros nutrientes) a los tejidos. De ello se desprende que cuanto más oxígeno utilizan los tejidos, mayor será la cantidad de sangre que fluya. Es entonces, mediante esta abertura y este cierre intermitentes de los esfínteres capilares y las metarteriolas, que se autorregula la circulación de la sangre por el cuero cabelludo. A pesar de que el flujo de sangre a través de cada capilar es intermitente, hay tantos capilares en el tejido de la cabeza que su función global queda promediada. Hay una intensidad media de flujo sanguíneo a través de cada red capilar, una presión capilar media dentro de los capilares y una intensidad media de transferencia de sustancias entre la sangre de los capilares y el líquido intersticial (líquido que esta contenido en el espacio entre células).
La alopecia surge cuando este flujo deja de ser autorregulado, ya sea por falta de oxígeno y nutrientes o por alguna deficiencia genética heredada; es ahí cuando los productos, por ejemplo los que contienen minoxidil, pueden ayudar a que se regule la circulación sanguínea deficiente en el cuero cabelludo. El medio más importante gracias al cual las sustancias, ya sean naturales o artificiales, son transferidas entre el plasma y los líquidos intersticiales es la difusión. Al atravesar la sangre el capilar, un número enorme de moléculas de agua y de partículas disueltas se difunde en uno y otro sentido a través de la pared capilar y asegura la mezcla constante entre líquidos intersticiales y plasma. El movimiento térmico de las moléculas de agua y el de las sustancias disueltas en el líquido originan estas transferencias, esta difusión que es la base de todo tratamiento que busca mejorar la salud del cabello.
Difusión de sustancias insolubles en agua.
La gran mayoría de productos para el cabello contienen elementos que no son solubles en agua, solamente son solubles en lípidos. Ejemplos de esto son el aceite de jojoba, el aceite de aguacate, el aceite de semillas de uva, el aceite de argán, el aceite de menta, etc. Estas sustancias liposolubles incluyen especialmente oxígeno y dióxido de carbono y pueden difundir directamente a través de las membranas celulares de los capilares sin tener que atravesar los poros.
Difusión de moléculas de agua.
Después de las moléculas liposolubles, las hidrosolubles son las que difunden más rápidamente a través de la membrana capilar. Los productos para el cabello, sobre todo los shampoos y acondicionadores, contienen elementos que son solubles en lípidos, pero que también son solubles en agua a través de la pared de las células endoteliales. Se difunden estos elementos también por los poros de la membrana capilar, en especial por las hendiduras intercelulares.
Difusión de sustancias insolubles en lípidos.
Muchas sustancias necesarias para los tejidos son solubles en agua, pero no pueden pasar a través de las membranas lípidas de los capilares; tales sustancias difunden entre el plasma y los líquidos intersticiales sólo a través de los poros.