El uso general de un acondiconador es el de lubricar el cuero cabelludo, para tratar los cabellos secos y quebradizos. El uso particular que se le atribuye es el de mantener el cabello en la posición que se le da al peinarlo.
Antes de los acondicionadores, la función de fijación se buscaba realizar con los llamados fijadores no oleosos, que generalmente utilizaban mucílagos (soluciones acuosas espesas hechas a base de gomas, en especial de tragacanto) para proporcionar control al cabello sin la necesidad de residuos “grasosos”. El problema con estos fijadores es que tras un cepillado, o con el mero paso del tiempo, dejan una desagradable sensación de aspereza y una descamación similar a la caspa en el cabello. Es por esto último, especialmente, que los fijadores oleosos, como el acondicionador, han sustituido a los fijadores no oleosos, en el uso individual o en los salones de belleza donde las unciones aceitosas tibias suelen ser acompañadas de masajes, color radiante y otros procedimientos similares que completan su valor cosmético y favorecen la impregnación de las células córneas superficiales.
Los fijadores que utilizan aceites integran entonces los llamados, comercialmente, acondicionadores capilares, que generalmente están compuestos por:
- Sustancias que facilitan el contacto entre las vainas del pelo: alcoholes cetílico y estearílico.
- Sustancias que aumentan el espesor: Hidroxietilcelulosa u oxicelulosa y controladores del pH (grado de acidez o alcalinidad de una solución), que neutralizan la alcalinidad residual para que no sea nociva. Ácidos cítrico y tartárico que actúan como desenruladores, facilitando la manipulación y el peinado. Surfactantes catiónicos cuaternarios, como el cloruro de benzalconio o de esterealconio para humedecer, emulsionar y dispersar los folículos pilosos; los agentes catiónicos del tipo de las sales cuaternarias de amonio se usan en la industria textil para suavizar las fibras de los tejidos, suavizándolos y aumentando su resistencia de lavados posteriores. En la cosmética del acondicionador se emplean para proporcionar mayor suavidad y sedosidad del tallo capilar seco y erizado, favoreciendo el desanudamiento del cabello luego del champú.
- Sustancias que aumentan el brillo: Laurilsulfato de sodio, silicones o aceites minerales; agentes catiónicos para neutralizar la carga negativa capilar.
- Metil o propilparabenos; naturalmente podemos encontrar estos conservadores en los vegetales e insectos, pero comercialmente se sintetizan de manera artificial, son agentes anti-irritantes y anti-microbianos solubles en agua que también son utilizados en los alimentos para preservarlos.
- Colorantes y perfumes.
El acondicionador pues, buscara revertir los múltiples eventos por los que una cabellera puede dañarse; ya sea que su condición natural sea quebradiza o por la acción de procedimientos cosméticos diversos que terminan siendo agresivos para la salud del cuero cabelludo (decoloraciones, tintes, ondulaciones, lavados alcalinos); también el ir de vacaciones a la playa o el vivir cerca del mar hace necesario el uso de este tipo de productos ya que el cabello se maltrata con la excesiva exposición al agua salada y al sol.
¿Cómo Funcionan Los Acondicionadores?
Para explicar el proceso debemos remontarnos a la queratina del pelo, la cual es una proteína muy resistente a los agentes químicos, especialmente a los ácidos. Es esta resistencia la que vencen los componentes del acondicionador. La estructura de la queratina puede romperse mediante la acción de reductores y alcalinos contenidos en los acondicionadores que, a determinado pH y a determinada temperatura (lograda mediante la fricción), actúan sobre los puentes laterales por hidrolisis (descomposición de sustancias orgánicas por acción del agua) o reducción del azufre. Todos los efectos y beneficios de los acondicionadores se basan en esta posibilidad de “rompimiento” de la queratina.
Durante el lavado, el cabello puede absorber agua, que se coloca entre los espacios intermoleculares de las cadenas de queratina, aumentando su diámetro en un 15% aproximadamente. Pero si previamente se lo trata con agentes químicos que fragmentan las cadenas laterales, el cabello se vuelve mucho más permeable, aumentando su volumen dos o tres veces. En la elasticidad, que es grande, participan los fenómenos moleculares ya considerados, o sea, el alargamiento de la molécula de queratina al pasar de la forma alfa a la beta. La alta afinidad del activo cuaternario en el acondicionador con la queratina ayudaría a fijar grasas esenciales no saturadas que existen sobre el cuero cabelludo.
Pero además de la queratina, interviene la cantidad de agua en forma igualmente importante. Las moléculas acuosas, al emplazarse entre las de queratina, impiden que estas se adhieran entre sí, actuando como un verdadero lubricante intermolecular que facilita las transformaciones estructurales. Un cabello desecado no puede estirarse ni contraerse; si está seco, por lo común se estira un 20 a 30 % antes de romperse; por lo tanto a medida que aumenta su contenido en agua puede estirarse más y con mayor facilidad.
Otros Tipos De Acondicionadores.
Cremas emulsionadas. Se usan cremas tipo agua en aceite o tipo aceite en agua. Más comunes son las de tipo aceite en agua; por ejemplo soluciones mucilaginosas, a las que se agregan un aceite y un emulgente para estabilizarlas.
Fijadores para el peinado femenino. Las llamadas cremas para ondular, empleadas para el peinado en muchas estéticas, son simples mucílagos en solución hidroalcohólica, semejantes, aunque más líquidos, a los acondicionadores masculinos.
Otro tipo de acondicionadores de ayuda para el peinado son soluciones alcohólicas de resinas, geles que se convierten en verdaderos barnices capilares, que se usan con pulverizador y secan rápidamente, o los preparados a base de aceites vegetales, a los que se les agrega otros cuerpos lípidos de los llamados “nutritivos”: colesterol, aceites o lecitina.