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Cola de caballo

El producto empleado para la detergencia del pelaje o de las crines equinas es llamado shampoo de caballo. Este shampoo (palabra de origen hindú, que significa aproximadamente restregar), ha causado mucha controversia debido a que ha sido utilizado recientemente por mujeres de distintas razas y clases sociales, supuestamente desde gitanas españolas hasta actrices de la popularidad de Jennifer Aniston, como alternativa para el cuidado del cabello.

El shampoo de caballo se desarrolló originalmente para mejorar el aspecto y la salud de las crines en los caballos. Las crines son fibras de proteínas capaces de absorber el agua; esta capacidad de absorción es lo que hace posible la utilización de shampoos y tintes en ellas, para mejorar su aspecto y para evitar que se vuelvan quebradizas. La limpieza periódica del pelaje o de las crines es indispensable como medida de pulcritud para la profilaxis de infecciones, así como también para el tratamiento previo y paliativo de las comunes alteraciones que afectan a los caballos.

Se menciona que el producto comenzó a comercializarse para uso del ser humano en New Jersey, gracias a una familia criadora de caballos. Algunos, sobre todo mujeres, comenzaron a usarlos directamente, y otros comenzaron a elaborar fórmulas que supuestamente se adaptan al cabello humano, pero que mantienen todas las bondades del producto original para caballos. Al día de hoy se conoce poco de su efectividad y mucho sobre los supuestos benéficos efectos en el ser humano. No hallamos consenso claro sobre si debe ser prohibido o si debe ser recomendado, si es benéfico o si es dañino. La discusión se ha centrado en un problema similar al que ocurrió cuando se comercializó la margarina: ¿Qué tanto puede beneficiar o dañar, a la mujer o al hombre, un producto especialmente diseñado para otros animales?

El problema con el shampoo de caballo ha derivado en la confrontación clásica de la industria vs la ciencia. Ambas se alimentan la una de la otra: la industria espera los estudios (al menos los empresarios con escrúpulos) de la ciencia para poder confirmar los beneficios y así comercializarlo mejor, y los científicos de algunos sectores esperan los estudios para refutar todo lo que de supuestamente beneficioso tiene algún producto que busca ganar terreno en la industria.

Sin el afán de dar un juicio apresurado y definitivo, pondremos comparativamente lo que se dice “científicamente” y lo que se dice “comercialmente”. Ante la falta de estudios concluyentes podemos recurrir a explicar la tendencia mediante la comparación:

Cientifización Del Shampoo De Caballo.

  • El pH del pelaje del caballo no puede ser equiparable al pH del cuero cabelludo del humano. Esto vuelve difícil el control de alcalinización y puede provocar pitiriasis u otras dermatosis.
  • El producto puede contener siliconas excesivas que resecarían el cabello en los humanos.
  • El uso de antiparasitorios puede llevar a la toxicidad, se pueden producir reacciones alérgicas si se ingiere o si cae en los ojos.
  • No es pertinente para la ciencia el saber si un cabello puede crecer más más fuerte, más rápido o con más brillo, dado que el tratamiento del cabello se toma como asunto de higiene y de salud.
  • La biotina que contiene el producto no necesariamente tiene un mejor efecto y más perdurable que otros componentes de los productos diseñados para el ser humano.

Comercialización del shampoo de caballo.

  • Limpia completamente el cabello y el cuero cabelludo, pero sin desengrasar en extremo.
  • Ayuda a que el cabello quedé suave y lustroso.
  • No es alcalino, por lo tanto no fragiliza el cabello.
  • No produce borras insolubles ni acumulaciones de sales de calcio que si tienen los shampoos diseñados para los humanos.
  • Produce espuma espesa, abundante y cremosa.
  • No es irritante ni sensibiliza en exceso el cuero cabelludo, tampoco tiene acción nociva en caso de uso.
  • Puede contener aloe vera, elemento natural que permite la regeneración del pelaje en los caballos y el cabello en el ser humano.
  • Tiene poca interferencia con los permanentes y los tintes.
  • Tiende a presentar buena conservación durante el almacenaje.

No se trata de querer establecer o justificar el shampoo de caballo como algo mejor o superior al shampoo diseñado para el ser humano, o como algo terriblemente malo. Se trata de informar para que pueda elaborase un criterio propio. La respuesta obvia, que peca quizá de no arriesgarse, será que es preferible la utilización de un shampoo que se adapte a las condiciones y necesidades propias de cada persona y no el que se adapta a las necesidades de los caballos.

Independientemente Del Shampoo Que Decidas Utilizar, Debes Tomar En Cuenta:

  1. Que el lavado capilar se practica luego de humedecer bien con agua templada. El agente limpiante elegido se puede aplicar en forma líquida, con esponja, cepillo o simplemente con las manos, extendiéndole de forma pareja con masaje discreto, usando poca agua.
  2. Se debe enjuagar para volver a jabonar con buen masaje de varios minutos tratando de obtener buena espuma. Nuevo enjuague y cuidados con agua común; si el shampoo usado es alcalino conviene que sea con agua acidificada o con un disolvente de jabones insolubles.
  3. Se preferirá el secado al sol o con secadores de aire caliente más que el frotado de toalla, que suele ser traumatizante para el cuero cabelludo. El uso de lociones capilares hidroalcohólicas y perfumadas es una práctica no indispensable, pero agradable y favorecedora del secado.
  4. El ritmo habitual del lavado de cabello normal es variable: diario en los hombres, y semanal o bisemanal en las mujeres. Cuanto más grasoso se presente el cuero cabelludo, más frecuentes serán los lavados, inclusive diarios.

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