Mitos y realidades de las extensiones de pestañas.

Las extensiones de pestañas han sido buenas aliadas de las mujeres a la hora de buscar resaltar la belleza de su mirada. Y como con todo lo que es cuestión de belleza, comienzan a surgir mitos alrededor de lo que se experimenta como realidades, o realidades que aclaran el mito. En el tema de las extensiones de pestañas, existe mucha información que puede llegar a confundirnos. Aquí nos proponemos aclarar un poco el tema.

Antes que nada, hay que recomendar que, si piensas ponerte extensiones de pestañas, lo hagas con algún profesional o en alguna clínica especializada. Esto es lo que distingue principalmente a las extensiones de pestañas de las pestañas postizas. Las extensiones de pestañas son elaboradas generalmente con seda o polyester (algunas son de origen animal), y se colocan una a una de acuerdo con la inclinación y posición de cada pestaña para no perder la naturalidad. Por eso es importante que lo realice un profesional de la belleza, para obtener resultados más satisfactorios y sin efectos perjudiciales para la salud de tus ojos. Las pestañas postizas vienen generalmente en una sola pieza y es más fácil que se puedan aplicar sin recurrir a un profesional; lo puedes realizar tú misma o alguna persona cercana o conocida.

El punto más controversial en el tema de las extensiones de pestañas, y quizá el más comentado, es el que refiere a los adhesivos o al pegamento que se utiliza para fijarlas o darles mantenimiento. Si algo puede causarnos problemas en los párpados o en los ojos es el pegamento, no las extensiones. Distintas asociaciones y personas advierten de las complicaciones que se pueden presentar si no se aplican correctamente las extensiones, o si se abusa en su uso. La aplicación y el uso incorrecto del adhesivo de las extensiones puede provocar alergia, hinchazón del párpado, infección en la córnea, pérdida de las pestañas y hasta conjuntivitis. Si por cualquier razón presentas alguna de estas complicaciones, no dudes en visitar a un oftalmólogo. No está de más volver a mencionar que hay que recurrir a un profesional o a algún establecimiento que cumpla con las normas de higiene si piensas utilizarlas, donde se te pueda informar bien del proceso y de los adhesivos que se utilizarán para aplicarte las extensiones. La calidad del adhesivo es muy importante para que no presentes efectos perjudiciales, y para que no tengas que acudir al retoque de tus extensiones continuamente. No debe ser ni muy resistente, que desprenda prematuramente las pestañas, ni muy débil que provoque que se te caigan a la semana. Unas extensiones bien aplicadas pueden durar hasta 3 meses sin que se presenten complicaciones o sin que tengas que hacerte un cambio o mantenimiento.

Aclarado el punto de los profesionales y los adhesivos, se vuelve más sencillo desmitificar las demás cuestiones.

  1. Las pestañas se caen naturalmente. Como todo vello, las pestañas también cumplen el proceso cíclico de recambio anagénico, telogénico y catagénico. La diferencia está en que las pestañas tardan alrededor de 50 días en completar el proceso. La aplicación incorrecta o el uso excesivo de las extensiones sin mantenimiento puede provocar que se caigan prematuramente las pestañas, que se desprendan temporal o permanentemente, pero con la guía de un profesional y los cuidados necesarios, no tiene por qué suceder.
  2. El proceso de aplicación no es doloroso. Sí requiere de su tiempo para lograr una buena aplicación, ya que se realiza de una por una, pero no resulta doloroso. No temas sufrir en la búsqueda de resaltar la belleza de tu mirada. Si nunca antes habías usado puede que sientas algo de incomodidad al momento de la aplicación o al llevarlas puestas, pero es una situación que disminuirá con el paso de los días, conforme te acostumbres. Si pasa un mes y te sigues sintiendo incómoda, mejor quítatelas y busca otras alternativas para alargar y darle volumen a tus pestañas.
  3. Se puede utilizar maquillaje, pero no todo tipo de maquillaje. Sí puedes maquillarte, usar máscara para los ojos o delineador, pero no de los que son a prueba de agua. Si utilizas maquillaje a prueba de agua, al momento de tener que desmaquillarte puedes afectar tus extensiones provocando que se te desprendan. También puedes utilizar el rizador de pestañas, siempre y cuando lo hagas con cuidado. De preferencia utiliza los rizadores que se calientan, no los de metal ya que pueden estropear las extensiones.
  4. Las extensiones de pestañas no hacen más delgadas las pestañas que ya tenías. El uso de las extensiones, ya sea por un tiempo corto o prolongado, no hace que las pestañas se adelgacen o se vuelvan más débiles. La aplicación incorrecta puede causar que se te desprendan, pero las extensiones no tienen efecto en el grosor de las pestañas.

Las extensiones de pestañas son una buena opción si tienes pocas pestañas y quieres una solución inmediata y efectiva. Si no te gusta invertir tanto tiempo y cuidado en las pestañas, quizá esta no sea la opción para ti; hay otras alternativas que tampoco sacrifican la naturalidad y que son de efecto duradero como el potenciador de pestañas de Reelance, pero eso ya depende de ti. Las extensiones de pestañas son más costosas que las pestañas postizas y que otros productos de uso diario, pero tienen muchas ventajas en cuestión de potenciar la naturalidad y lograr una mayor duración de unas pestañas largas y con volumen. Pueden ser muy provechosas para la belleza de tu mirada, siempre y cuando las cuides y sigas los consejos de los profesionales.

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