El minoxidil se ha establecido como un tratamiento eficaz contra la calvicie, ya no sólo contra la hipertensión, gracias a los múltiples casos y testimonios en los que se ha experimentado una disminución del ritmo de caída capilar y una repoblación de cabellos en zonas que se daban por perdidas.
El mecanismo del minoxidil para combatir la alopecia aún no es especificado, carece de explicación detallada, pero los efectos que produce y las funciones que refleja pueden ser entendidos como reacciones mensurables, perceptibles y reconocibles. En ese sentido, los efectos y las funciones del minoxidil se comprueban gracias al supuesto aumento de los niveles de óxido nítrico en el flujo sanguíneo del cuero cabelludo, a la estimulación de los canales de potasio de las células o a la vasodilatación de las metarteriolas en los esfínteres pre capilares.
El uso de minoxidil ha pasado por múltiples pruebas que han confirmado sus efectos para el tratamiento contra la alopecia. Sus funciones de estimulación, de vaso dilatación y de penetración en el cuero cabelludo tienen eficacia en el sentido de que se le considera un activo en la formulación de los distintos productos que lo contienen. Pero la función que más resalta, a la hora de hablar del minoxidil, es la de la aplicabilidad externa, es decir, la capacidad de ejercer su acción solamente en el lugar deseado, en el lugar en el que nos lo aplicamos.
Esta función confirmada ha permitido que se desarrollen nuevas fórmulas y productos para hacer crecer no solamente el cabello, sino también la barba, las cejas o el bigote voluntariamente. En cambio, la función que más ha provocado modificaciones en las fórmulas es la de la penetrabilidad. La acción sistemática del minoxidil más allá de la superficie de la piel puede generar efectos secundarios, sobre todo si se utiliza en cantidades excesivas. Esto no es motivo para alarmarse o para dejar de probar este compuesto, ya que todo activo que produce algún efecto en general, produce también alguno secundario particular: es imposible desarrollar algún activo de riesgo nulo. Una fórmula aprobada y el uso adecuado del producto son suficientes para no desarrollar algún efecto no deseado.
Hemos dicho algunas funciones del minoxidil que son susceptibles de comprobación científica, más esto no significa que hayamos hablado de todos sus posibles efectos. Existen métodos en la formulación de los productos a base de minoxidil que son susceptibles a las consideraciones subjetivas. Alguien que decide utilizar o probar el minoxidil para combatir la caída excesiva del cabello, esperará además de las propiedades objetivas del activo, otras que se adecuen a su situación y a sus gustos particulares: la función protectora, la función de aseo e higiene, la función orientada a la conservación de la salud, la función favorecedora del aroma agradable, las funciones vivenciales como el frescor, la belleza o el bienestar o las funciones con efectos sociales como seguridad en sí mismo, el reconocimiento, la adaptación o la facilidad de socializar.
La función protectora por ejemplo, puede buscarse en el mismo producto que utiliza al minoxidil como activo o en otro producto complementario para el tratamiento. El efecto de esta función puede medirse sólo en relación con el tipo de cabello que tiene el consumidor. Si se nota menos caspa y sebo de la que normalmente se tiene, si se siente el cabello más suave al tacto, se trata de efectos que hacen subjetiva una función. Este tipo de funciones dependen también de la predisposición psíquica de la persona y no son por lo tanto objetivables, es decir, predomina en su confirmación la vivencia personal. Se trata en general de hacer sentir a la persona “aseada” además de que sienta que está haciendo un cambio significativo en su vida. El acercamiento a los consumidores por parte de las personas que realizan las formulaciones a base de minoxidil, permite que los productos cumplan con funciones adicionales, dirigidas más al bienestar que a la objetividad.
Lo que hace que las funciones objetivas y subjetivas de las fórmulas con minoxidil se puedan experimentar es el llamado vehículo. El vehículo es una sustancia, generalmente oleosa o acuosa, utilizada para dar forma y consistencia a la preparación, que incorpora los elementos y que facilita la acción del principio activo, en este caso el minoxidil. Por un lado, como medio portador, determina el porcentaje de minoxidil con el que el organismo interactúa para cumplir las funciones objetivas, y por el otro, incorpora las otras sustancias que permiten cumplir funciones subjetivas, como la hidratación o la función antiséptica. El vehículo es muy importante en la formulación de los productos con minoxdil, ya que contribuye en gran medida a su efectividad y a su eficacia. En esto, el tratamiento de Reelance es muy adecuado ya que está formulado para cumplir ambos tipos de funciones.
Una preocupación muy común es buscar en los productos alguna función proveniente de lo “natural”. En la búsqueda de mejorar los resultados en un tratamiento o de encontrar nuevos vehículos para los componentes activos de un producto, a uno se le viene la idea de que lo natural es mejor que lo químico o lo sintético. Esto no es necesariamente cierto, al cuero cabelludo le viene exactamente igual que los activos aplicados en él, con distinto porcentaje de pureza, sean naturales o sintéticos. No queremos decir que lo químico es mejor que lo natural, se trata solamente de no disociar dos cosas que complementariamente pueden cubrir de manera más amplia las funciones objetivas y subjetivas que requiere aquella persona que no quiere ver su cabellera desaparecer.